Aunque la ansiedad pueda parecernos a todas luces un elemento que nos distorsiona y
nos aleja de la “jornada ideal”, este estado puede darte la oportunidad de entender
quién eres y qué necesitas en determinados momentos de tu existencia. Así, entender
la ansiedad como una llamada de atención va a hacernos reflexionar sobre
algunos hábitos que, de forma directa o indirecta, pueden estar alimentándola.
Es cierto que la ansiedad en muchas ocasiones no pasa de ser un ruido sordo,
constante y monótono al que terminamos aislando en un lugar de nuestra conciencia.
Sin embargo, por mucho que nosotros lo ignoremos esta existe y realmente notaremos
la libertad que supone alejarla cuando esta ya no esté.
Por otro lado, las primeras horas del día suponen el punto de partida, los minutos en
los que vamos a crear la inercia para el resto del día. Si ya nos levantamos alterados o
si las primeras tareas las hacemos corriendo, difícilmente vamos a poder reducir este
nivel de estrés a lo largo de la jornada. Romper una dinámica cuesta siempre más que
crearla desde cero.
De esta manera, compartiré contigo estos 3 hábitos matutinos que te ayudarán a
comenzar tu día con la mente despejada y lejana de cualquier ritmo frenético y carrera
detrás del reloj.
Tómate tiempo para reflexionar con una bebida caliente
Hablamos de llevar a cabo tanto actividades como momentos de silencio que te
permitan conectar con tus pensamientos, contigo mismo y tu esencia vital. Mantener
un tiempo para “reconectar” con aquello que deseas sentir a lo largo del día te permitirá
separar fácilmente las tensiones que puedan presentarse en el mismo.
Acompaña este momento de “reconexión” contigo mismo con una bebida caliente,
como un té o una infusión de hierbas, ya que te facilitarán el calmar la mente para el
día que se te aproxima. Además, este momento de relajación lo asociarás sencillamente
a ti mismo, a desconectar y podrás emplearlo cuando sientas que comienzas a dejar
paso a la ansiedad.
Estira tu cuerpo y equilibra tu mente
Estirando nuestro cuerpo nada más levantarnos permitimos que se prepare para la
acción que vendrá a continuación. Nos acostumbramos así a escuchar qué necesita,
cómo nos encontramos y vamos a sentirnos. Es importante que te preocupes tanto de
tu mente como de tu cuerpo.
Para ello, puedes realizar actividades como el yoga, el taichí o cualquier práctica de
ejercicio físico siempre de forma moderada. Además de permitir estirar tus músculos,
estas actividades te proporcionan ejercicios mentales y físicos que ayudan a encontrar
el equilibrio aportando grandes mejoras vitales.
Dedica tiempo a tus emociones y las metas propuestas para tu día
Un ejercicio estupendo para evitar ser víctimas de la ansiedad es ordenar nuestra
mente nada más despertarnos. De esta forma nos permitimos adaptarnos a las tareas
que tenemos pendientes. Puedes darte tiempo para revisar los objetivos que pretendes
conseguir, incluso para determinar cómo te gustaría sentirte. Haciendo esto estarás
generando cambios positivos en tu existencia más importantes y con mayor
proyección.
También puedes llevar a cabo un diario emocional investigando y apuntando cómo te
vas sintiendo a lo largo de la jornada. De esta forma entenderás cómo funciona tu
sistema emocional y te ayudará a poner en práctica diferentes recursos que impidan
que alcances esa sensación de bloqueo interior que suponen los puntos más altos de
ansiedad.