Está claro que no podía faltar en esta guía para mejorar tu vida tratar una barrera
fundamental en nuestro día a día: el estrés. Las presiones que ejerce sobre nosotros
nuestro trabajo, amigos, familiares incluso el entorno social nos exigen a estar
reajustando nuestra vida constantemente. Y es que seguramente sentirás que no
puedes permitirte el dejar de pagar tu hipoteca, perder tu empleo, desatender a tu
pareja emocionalmente o incluso dejar a un lado las tareas pendientes.
Todas esas obligaciones de repente un día estallan en situaciones complicadas como el
no poder dormir bien o despertarnos a mitad de la noche dándole vueltas a cómo
resolver uno de esos problemas presentes. A esa rutinaria situación además se le añade
el hecho de agobiarnos por no poder conciliar el sueño y así estar descansados para
afrontar el día siguiente.
Esta experiencia se repite en tu día a día aumentando el cansancio, produciéndote
malestar físico como dolores de cabeza y una sensación de embotamiento mental que
solo te lleva a afrontar la jornada con mal humor y falta de motivación. Incluso puede
que de vez en cuando se te presenten momentos de ansiedad bloqueante y en
determinadas situaciones tu respiración sea entrecortada, intentando marcar un ritmo
de respiración profunda para gestionar positivamente tu propio estado de activación.
Este escenario supone nuestra propia película emocional titulada “el estrés”. Un
escenario construido a partir de un estado cognitivo, emocional y comportamental que
nos lleva a sentir el deseo de querer estar en el “allí” mientras estas y sientes en el
“aquí”. El estrés genera resultados tanto positivos como negativos, pero sus
consecuencias pueden ser desastrosas si nos desborda y se transforma en una angustía
el pensar cómo resolver constantemente nuestros problemas u ordenar nuestras
habilidades y destrezas para ello continuamente.
