Pondré a funcionar la ley del karma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy observaré las decisiones que tome en cada momento. Y con el simple hecho de observar esas
decisiones, las traeré a mi conciencia. Sabré que la mejor manera de prepararme para cualquier momento en
el futuro es estar totalmente consciente en el presente.
2) Siempre que haga una elección me formularé dos preguntas: «¿Cuáles son las consecuencias de esta
decisión?» y «¿Traerá esta decisión felicidad y realización tanto para mí como para aquellos a quienes
afectará?»
3) Después le pediré orientación a mi corazón, y me dejaré guiar por su mensaje de bienestar o de malestar. Si
me siento a gusto con la decisión, seguiré adelante sin temor. Si la decisión me produce malestar, me detendré
a mirar las consecuencias de mi acción con mi visión interior. Esta orientación me permitirá tomar
espontáneamente decisiones correctas tanto para mí como para todos los que me rodean.