De todas las estrategias
discutidas, el scalping es la
ejecutada en los marcos de
tiempo más breves.
Los scalpers intentan operar
durante pequeñas fluctuaciones
de precio, a menudo entrando y
saliendo de posiciones en minutos
(o incluso segundos).
En la mayoría de los casos, utilizarán el análisis técnico para tratar de
predecir el precio y beneficiarse del diferencial entre oferta y
demanda, así como de otras ineficiencias para lucrarse.
En tales plazos de tiempo tan cortos, las operaciones de scalping
tienen habitualmente como objetivo tan solo un pequeño porcentaje
de ganancias, normalmente inferior al 1%. Pero el scalping abarca
múltiples operaciones, de modo que los pequeños rendimientos de
forma continuada suponen como conjunto una suma considerable.
El scalping no es una estrategia recomendada para principiantes, ni mucho
menos. Exige un profundo conocimiento de los mercados, de las plataformas
en las que se opera y del análisis técnico, como elementos vitales para el éxito.
Dicho esto, para aquellos traders experimentados que saben lo que están
haciendo, identificar los patrones correctos y aprovechar las fluctuaciones a
corto plazo puede ser extremadamente provechoso.