Es una separación temporal del cuerpo. Pero ¿por qué preguntas lo
que ya sabes? ¿Acaso no has llegado aquí de esa forma?
Yo solo estaba intentando probar lo que otros han descrito. Una cosa es
la teoría y otra la práctica. ¡No me esperaba que fuera a ocurrir algo
así!
Pues ocurre. Tu cuerpo no está aquí. Está tumbado en tu cama. Pero tú
sí.
¿Quieres decir que no solo podemos vivir sin estar ligados a un cuerpo,
sino que estando físicamente vivos podemos salir y volver del cuerpo
sin que se produzca la muerte?
Así es.
¿Qué es lo que se separa exactamente?
Se separa el espíritu del cuerpo físico que, como ya he dicho, solo es un
revestimiento que se utiliza para poder actuar en el mundo físico. Sin
embargo, esta separación es solo temporal y siempre existe un nexo
entre los dos que nunca se rompe y que permite la vuelta al cuerpo
físico sin que haya ningún tipo de problema de salud. Es el llamado
cordón de plata.
¿Qué es el cordón de plata?
Es el nexo de unión entre el cuerpo astral y el físico, como un cordón
umbilical que permite aportar al cuerpo físico la energía vital que
necesita para continuar con vida en ausencia del cuerpo astral. Los
clarividentes suelen describir este «cordón» como una especie de hilo
muy elástico de tono plateado, extensible hasta el punto de que por
mucho que se separe el cuerpo astral del cuerpo físico, el cordón
siempre da de sí lo necesario, es decir, se alarga hasta grandes
distancias cuando el espíritu se separa y viaja lejos del cuerpo físico.
¿Y dónde va el espíritu cuando se separa del cuerpo?
Donde su pensamiento le lleva, al mundo astral, y ese es un viaje natural
que responde a una dinámica necesaria en el desarrollo humano. Esas
visitas nocturnas procuran a la persona energías y experiencias que le
ayudan más tarde en su vida física, puesto que allí es asistido por
entidades espirituales más avanzadas que le aconsejan y guían. Si
quieres saber algo más, te aconsejo que leas el libro El viaje astral de
Oliver Fox.
¿Cuerpo astral? ¿Mundo astral? ¿Entidades espirituales? ¡Buf! ¡Espera un
poco! ¡Esto va demasiado rápido para mí!
Bueno, yo solo intento responder a lo que tú me preguntas. Pero, como
vamos saltando de unas cosas a otras, no podemos profundizar en
nada. Si te parece lo que podemos hacer es dejarlo aquí por el
momento, porque ya es hora de que vuelvas al cuerpo. Ahora ya tienes
algunas cosas sobre las que ir indagando por tu cuenta y reflexionando.
Busca los libros que te he recomendado e intenta leerlos. Te servirán
como prueba para confiar en que todo esto que has vivido no es una
alucinación de tu mente, sino una auténtica realidad.
No sé si me acordaré de todo…
No te preocupes. Si pones tu voluntad, recordarás lo que necesites para
encontrarlos. Recoge las nuevas preguntas que te vayan surgiendo
durante ese tiempo para formularlas en las próximas ocasiones en que
nos veamos, si es que quieres que nos sigamos viendo.
¿Cuándo nos volveremos a ver?
Depende de ti. De si quieres seguir profundizando en los temas que tan
superficialmente hemos comenzado a abordar, o prefieres quedarte
como estás.