Hay muchos tratamientos efectivos disponibles para la depresión hoy en día. Pero a pesar de ello, muchas personas con depresión clínica nunca buscan ayuda. Algunas sienten vergüenza, otras no reconocen la necesidad de tratamiento y en otros casos piensan que no hay tratamientos efectivos disponibles. Hay que buscar tratamiento para la depresión porque:
• Es tratable. • El tratamiento reduce el dolor y el sufrimiento de la depresión (80-90% de éxito). Casi todos los y las pacientes que sufren depresión consiguen alivio de sus síntomas y regresan a su vida normal, algunas veces en pocas semanas.
• Al igual que con cualquier otra enfermedad médica, cuanto más se demora el tratamiento, será más difícil de tratar. Si se busca ayuda lo antes posible, puede evitarse que la depresión sea más grave y que vuelva a repetirse.
• El tratamiento puede prevenir varias consecuencias graves de la depresión, entre las que se encuentra el suicidio. Las
personas con depresión son 30 veces más propensas a autolesionarse
que la población general. Sin embargo, cuando la depresión es tratada
con éxito los pensamientos de suicidio desaparecen.
• Aunque puede ser necesario probar más de un tratamiento, en casi
todos los casos, se encuentra uno efectivo.
La depresión es una enfermedad que, como hemos visto anteriormente, tiene
diversas causas. La voluntad solamente no es suficiente para actuar sobre
una enfermedad tan compleja. El tratamiento es por lo tanto absolutamente
necesario. La necesidad de tratamiento es una idea a veces difícil de aceptar, no
sólo por razones psicológicas o culturales, sino también por motivos relacionados
con los efectos de depresión, hay a menudo una tendencia a pensar que sería
preferible “salir por uno mismo,” que la búsqueda de tratamiento sería una
“debilidad” o una victoria más de la depresión o que el aceptar la ayuda supone
una renuncia a cualquier dignidad o lucha personal. Nada más lejos de la verdad.
Contra la depresión, es muy difícil luchar solos: la lucha es demasiado desigual.
Todo tratamiento está basado en una alianza, en una estrecha colaboración
entre paciente y terapeuta. En base a ello se determinará el plan a seguir. La⁄el
médica/o tendrá en cuenta los deseos del paciente a ser informado sobre la
naturaleza del trastorno, de su evolución, las posibilidades de atención y la
frecuencia de las consultas.