La depresión puede tener relación con otras enfermedades psicológicas o
físicas. Éstas pueden ser:
• Trastornos de ansiedad: en general,
la existencia de un trastorno de
ansiedad antes de la depresión o
asociado a ésta, aumenta la gravedad
de la misma y el riesgo de recaída;
• El alcoholismo, la adicción a ciertos
fármacos (ansiolíticos o hipnóticos)
o consumo de sustancias tóxicas
(cannabis, éxtasis, cocaína…): las
personas que padecen depresión
pueden tener la tentación de abusar
de ellas o consumirlas para aliviar
su ansiedad. Además, la asociación
de un trastorno depresivo a una
enfermedad física grave o crónica
(diabetes, cáncer, accidente vasculo
cerebral…) puede dificultar la identificación y el tratamiento de la depresión
(los síntomas de la depresión pueden ser subestimados y atribuidos a la otra
enfermedad).
¿Puede ser beneficiosa una baja laboral?
En el caso de la depresión, el médico/a puede conceder la baja laboral,
especialmente al principio del tratamiento. Puede haber tres razones para esto,
ya sea por la propia enfermedad, su tratamiento o por el trabajo que realiza la
persona:
• La depresión, a causa de sus síntomas, puede imposibilitar de manera temporal
el ejercer una actividad profesional, de hecho, puede reducir significativamente la iniciativa, la concentración, la memoria y, sobre todo, modificar las relaciones
con los demás;
• Su médico/a, en algunos casos, puede optar por prescribir un fármaco
tranquilizante (ansiolítico). Debido al efecto de esta medicación, especialmente
al principio del tratamiento, puede resultar dificultosa la realización de algunas
actividades profesionales y ser peligrosa la conducción de un automóvil;
• El mismo trabajo puede tener una influencia negativa sobre la depresión (por
ejemplo, en el caso de acoso o de una actividad especialmente estresante). No
siempre es posible distanciarse del trabajo, incluso cuando éste se ha identificado
como un factor desestabilizador. En este caso, intente con su médico/a preparar
la reincorporación.
No obstante, en la mayoría de los casos la baja laboral no debería continuar
por mucho tiempo. La actividad y las relaciones profesionales son factores que
favorecen el equilibrio y la identidad de la persona, son factores importantes
para la socialización y para la confianza en sí mismo. El trabajo puede favorecer
la curación.