Puede sentirse:
• Deprimida, desanimada,
desdichada… durante gran
parte o todo el tiempo. Puede
sentirse peor en momentos
concretos del día, como
por las mañanas o al anochecer. Los días puntuales en que se encuentra
mejor pueden darle esperanzas, pero se siguen de días malos que le hacen
desesperar.
• Irritable, con otros niños/as, en algunas ocasiones, con su bebé; pero, sobre
todo, con su pareja. Él o ella pueden no entender nada de lo que está
ocurriendo.
• Cansada. Todas las mujeres que han sido madres sobre todo al principio, se
sienten bastante cansadas pero la depresión puede hacer que esa sensación
sea excesiva hasta tal punto de encontrarse físicamente enferma.
• Con insomnio. Incluso estando cansada, no puede quedarse dormida. Se
despierta al amanecer, aunque su pareja se haya encargado de la alimentación
del bebé durante la noche.
• Pérdida de apetito, se le olvida comer; esto le hace sentirse irritable, hundida
y débil. Algunas mujeres comen como forma de autosatisfacción y después
se sienten mal por haber cogido peso.
• Incapaz de disfrutar con nada.
• Pérdida del deseo sexual. Su pareja querrá volver a tener relaciones sexuales,
pero usted no está interesada. Por supuesto, hay otras razones para perder
el interés sexual después de tener un bebé – por resultarle dolorosas, por
el cansancio o simplemente por estar intentando adaptarse a la nueva
situación- pero la depresión posparto hará que desaparezca cualquier deseo
o entusiasmo. Si su pareja no entiende esto, podrá sentirse rechazada.
• Incapaz de afrontar la maternidad. Esto puede ser particularmente doloroso
cuando se ha estado ilusionada durante el embarazo. Puede sentir que no
tiene tiempo para nada, que no hace nada bien, resultándole difícil organizar
una rutina con su recién nacido/a.
• Culpable, inútil o responsable por sentirse así. La depresión cambia sus
pensamientos y le hace ver las cosas negativamente.
• Ansiosa, preocupada porque su bebé grite, se atragante, puede sentirse
asustada si se queda a solas con él/ella. En lugar de sentirse cercano a él/
ella, puede sentirse alejada. No puede saber lo que su bebé siente, lo que
necesita.
Incluso teniendo fuertes sentimientos de cariño hacia él/ella, puede
experimentar ansiedad. La mayoría de las madres primerizas están muy
pendientes de la salud de sus hijas/os, pero cuando sufre una depresión
posparto esa preocupación será muy intensa. Puede preocuparse por:
– Si su bebé tiene una infección, un problema del desarrollo o puede sufrir
una “muerte súbita”.
– Si su bebé está llorando o está demasiado tranquilo/a, si ha dejado de
respirar, si estornuda, por el peso que va ganando…
– Porque pueda dañar a su bebé.
– Por su propia salud.
Necesitará el refuerzo, la seguridad durante todo el tiempo de su pareja, del
médico/a de familia, de su familia o de algún vecino/a. Puede sentir pánico (se
le acelera el pulso, tiene palpitaciones y puede sentir que tiene un problema
cardiaco o que está al borde de un infarto), puede preguntarse continuamente
si tiene una enfermedad terrible o si volverá a tener energía de nuevo. Esto hará
que se aferre a su pareja, no queriendo quedarse sola.