El cáñamo es una planta herbácea, angiosperma, dicotiledónea del orden de las urticales y
de la familia de las canabaceas.
La marihuana y el cáñamo son la misma planta, la «cannabis sativa», existiendo múltiples
variedades. La diferencia estriba en la cantidad de resina y su contenido de THC, tamaño y
número de cogollos, forma de las hojas, altura de la planta, aroma, origen, etc.
El THC o tetrahidrocanabidol es una substancia psicotrópica que se halla presente en la
resina. Cuanto mayor sea el porcentaje de dicha substancia presente en la marihuana, de
mejor calidad será esta. La resina además del THC también contiene otras substancias muy
similares al THC, pero no psicoactivas que son el Cannabidiol (CBD) y el Cannabinol (CBN).
Estas substancias parecen ser las que determinan el olor y el sabor de la resina. El cáñamo
común contiene gran cantidad de estas substancias en sus flores, pero un bajo contenido de
THC, a veces inpreciable.
La sativa común presenta mas contenido de THC cuanto más tropical sea su cultivo, o dicho
de otro modo tiende a cañamizarse cuanto más se aleje del trópico, siempre en condiciones
naturales. En África se encuentran sativas de gran potencia, así como en el Caribe y América
latina. La variedad Indica de la C. sativa crece en Asia, son plantas más bajas muy ramificadas
con grandes cogollos muy resinosos. Las sativas comunes tropicales crecen más espigadas y
con cogollos de menor tamaño, su subida es más cerebral y más rápida. La variedad Ruderalis
crece en el norte de Europa y presenta cantidades variables de THC al igual que algunos
cáñamos. Al plantar una semilla tropical en nuestro clima, si las condiciones le son favorables,
puede mantener el vigor, pero a lo largo de generaciones tendería a cañamizarse.