Una vez familiarizados con los materiales y el espacio pasaremos a explicar de que forma se
cultiva marihuana en interiores. El sistema ha sido perfeccionado desde los años 70 en que se
empezó a cultivar con fluorescentes tanto en América como en Amsterdam.
Cabe destacar el trabajo realizado desde entonces a gente como Ed Rosenthal y Jorge
Cervantes como las dos grandes celebridades del tema en E. E. U. U, y su actual contacto y
colaboración con los maestros holandeses. Para una información más ampliada se pueden
consultar los libros Indoor Marijuana Horticulture"por J.Cervantes en su última edición revisada y
Closet Cultivator» por E. Rosenthal (no confundir esta última publicación de 1992
con el Manual para el cultivo de la marihuana" del mismo autor del año 1973 que fue traducido al castellano, estando éste como el mismo autor reconoce posteriormente totalmente obsoleto en lo que al sistema de cosecha se refiere, aunque fue un gran primer paso). En interiores, las plantas son sometidas a un régimen de luz de un mínimo de 18 horas durante el periodo de crecimiento, aunque algunos cultivadores sostienen que durante esta fase las plantas no necesitan descanso, mientras tengan suficiente aporte de agua y luz, por lo que las someten a un régimen continuo de 24 horas de luz. La diferencia entre los dos regímenes estriba en la duración de la fase de crecimiento (horas de luz = crecimiento). Si es necesario por algún motivo tener las luces apagadas en algún momento del día, es mejor darles 18 horas de luz, nunca menos. Si no hay ningún inconveniente es mejor usar el sistema de régimen continuo (24 horas de luz), las lámparas lo agradecen, pues los sucesivos encendidos y apagados les acortan la vida. (es conveniente esperara una media hora si se quiere volver a encender una lámpara de alta presión tras un apagado o una desconexión). El régimen elegido será constante. Podemos provocar la floración cuando lo deseemos, con el simple procedimiento de acortar el periodo diurno a 12 horas. Las 12 horas de noche forzarán a la planta a florecer, es importante que la oscuridad sea total, polución de luz en esos momentos puede evitar que los cogollos se desarrollen correctamente. (El uso de temporizadores es obligado pues los periodos deben ser exactos. ) Dado que las luces no penetran con la potencia deseada mucho más de 60-80 cm a partir de la distancia de seguridad, no conviene dejar crecer vegetativamente mucho las plantas, pues durante la floración pueden llegar a doblar su tamaño y exceder las medidas que deseamos. (La marihuana en la naturaleza suele medir entre 1'5 y 3 metros según especies). De alguna manera estamos creando
bonsais» de marihuana a medida. Las alturas
recomendadas para iniciar el proceso de floración (12 horas día/12 horas noche), las
limitaremos entre un mínimo de 20 cm. y un máximo de 38 cm. Según la altura de nuestro
sistema y la potencia de las lámparas buscaremos la altura ideal entre dichos límites para
nuestras necesidades. Si cultivamos especies diferentes puede que requieran ser llevadas a
floración a alturas distintas. No conviene mucho que las plantas rebasen el metro y medio, en
la madurez medirán entre 60 cm. y 1 metro. Si alguna se dispara se le puede doblar la punta
con un alambre o un hilo.
Se puede dominar a voluntad la dirección del crecimiento de una planta. La punta contiene
un inhibidor que evita que las ramas laterales superen la altura de la punta, está dará el cogollo
más grande y potente. Con el simple hecho de cortar o doblar la punta, se neutraliza ese
inhibidor y las ramas laterales pugnan por ser la más alta, con lo que la planta crece más ancha
y ramificada, se recomienda más doblar la planta desde casi la mitad, antes que cortarla. Las
plantas que se espiguen se irán colocando en los laterales del sistema para que no hagan
sombra a otras mas bajas.
El método empleado será el conocido como sinsemilla" o
sensi», (palabra americana que
procede de nuestro idioma). Con dicho método podremos recolectar grandes cogollos
resinosos y libres de semillas. (si se desean se pueden producir en pocas cantidades según
vendrá explicado)
La marihuana tiene dos sexos y en ocasiones aparecen plantas hermafroditas. La mayor
concentración de THC se encuentra en los cogollos que forman las plantas hembras. Los
machos apenas si contienen dicha substancia por lo que no interesa su cultivo (si se cultiva
uno excepcionalmente es por la necesidad de producir semillas). Las hermafroditas en principio
tampoco serán de nuestro interés. (ver hermafroditismo). Los machos producen polen (que no
contiene THC apreciable), que insemina las flores de las hembras formando semillas, si la
hembra es totalmente polinizada deja de formar flores para desarrollar las semillas con lo que
los cogollos serán mas pequeños y rellenos de multitud de semillas.
Por el contrario si apartamos los machos del sistema al principio de la floración, las hembras
desarrollan grandes sumisiones florales (cogollos)en un intento de captar el inexistente polen,
al final acaban madurando vírgenes" y dando una cosecha de autentica
sinsemilla» que en
contra de lo que algunos creen, es un sistema de cultivo, no un tipo de marihuana. El primer
paso será lograr que la semilla germine cosa no siempre fácil.