HAZ UN VACIO AL MEDITAR

La forma más efectiva de meditar y hacer contacto con el alma es haciendo un vacío. Soltando, con cada exhalación, todo aquello que nos preocupa, que nos limita, que nos aprisiona, que de alguna forma nos mantiene atados al diario vivir. Es soltar todos los apegos, tanto los malos como los buenos. Es quedarnos simplemente en contacto con la vida, sin pensamientos, emociones o acciones.
Un vacío es un espacio neutro. En nuestra mente, el intervalo entre dos pensamientos es la zona neutra que permite la entrada de ideas superiores que no están condicionadas por el pensamiento de todos los días. Porque si estás repitiendo pensamientos, los nuevos no caben, no llegan. Por lo tanto, sólo en los espacios vacíos de la mente, en los intervalos, es que se produce lo que se conoce por inspiración.
El vacío, el espacio neutro, se produce en nuestra vida diaria cuando nos mantenemos en el medio de dos polaridades sin tomar partido cuando, siendo capaces de ver lo bueno y lo malo de ambas partes, nos situamos en el medio, sin defensa ni ofensa, sin juicio de ningún tipo. Inmediatamente se produce una energía que tiende a la armonía porque estás equilibrando los platillos de la balanza. Y lo mágico es que surge el amor como algo natural, porque el amor es la sustancia de los espacios neutros.

El punto culminante en la meditación se produce cuando en ella alcanzamos el vacío. Porque entramos en una zona neutra de la conciencia que nos permite el contacto con nuestra dimensión divina. Es como unir el cielo y la tierra. Porque en las profundidades de la materia, en sus espacios neutros, está la fuerza del Espíritu. Cuando alcanzamos un estado de profundo vacío, hacemos contacto directo con la divinidad desparramada por toda la creación y producimos redención en nuestra materia y en todo lo que nos rodea. Te recuerdo que redimir es imponer una vibración superior sobre otra inferior. De esta manera, estamos cambiando la cualidad de la materia, la estamos sutilizando.
Si en tu meditación, después de soltar tus apegos, expandirte y dejarte fluir libremente, visualizas un vórtice de energía que gira vertiginosamente y te metes en él y giras con él, puedes llegar al vacío más fácilmente. Acuérdate que siempre hay una gran diferencia entre visualizar y encarnar. Para llegar al vacío, tienes que convertirte en ese vórtice de energía, tienes que encarnarlo, sentirlo, vivirlo. De todas maneras, el hecho de visualizarlo es un primer paso, te ayuda a llegar al segundo paso, que es el verdadero.

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mauricio Valdés

Bloguero de aficionado y redactor de mi revista, utilizo codigos sagrados, me apasiona el Internet y la informática, lector de psicología, espiritualidad, criptomonedas, salud, llevo una vida simple con grandes sueños...

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