La concentración es el arte de mantener tu mente en el lugar que conscientemente le destinas. Desarrollar la concentración no sólo te ayudará a lograr una más profunda meditación sino que te permitirá utilizar tu mente más eficientemente.
Puede suceder que cuando quieras meditar comiences a pensar en otra cosa completamente ajena al tema de la meditación. La técnica para poder superar esta situación consiste en observar el pensamiento que viene a tu mente sin resistir ni pelear. Si te molestas, le das fuerza y no te puedes liberar de él. Si te quedas simplemente observándolo, solito se va.
Si quieres desarrollar el poder de la concentración en la vida diaria, puedes hacer los siguientes ejercicios:
a.- Observa un lugar y luego trata de recordar lo que has visto, incluyendo todos sus detalles.
b.- Cuando escuches música, sumérgete en la melodía sin pensar en otra cosa y trata de distinguir los diferentes sonidos que la componen.
C.- Observa un objeto cualquiera, puede ser una vela, una flor, un árbol. Cada vez que tu mente piense en otra cosa, amorosamente la vuelves hacia el objeto.
Los ejercicios de concentración son muy sencillos. Lo importante es la perseverancia que tengas. Si te esfuerzas, los frutos recompensarán, con creces, tu trabajo.