COOPERAR CON LA VIDA
La vida la puedes vivir de dos maneras: cooperando con ella o en contra de ella, puedes relajarte en ella o puedes luchar con la vida. El segundo camino es el erróneo, porque es imposible conquistar la vida, la parte no puede conquistar al todo, estarás abocado al fracaso y a la frustración; puedes jugar con la idea pero nunca triunfarás, estarás destinado al fracaso. Los soldados intentan conquistar la vida, pero al final se encuentran aplastados por ella, derrotados y destruidos.
La vida no destruye a nadie, pero si peleas con ella serás destruído por tu propia violencia. La vida no está contra ti, cómo podría estarlo si es tu madre, la vida te ha traido aquí, has nacido de ella. Pero si empiezas a luchar contra tu propia fuente de energía, serás destruído, el propio concepto de lucha te envenenará. Y claro, cuanto más vayas sintiendo que pierdes la batalla, más lucharás y más te hundirás.
Sin embargo, una vez que decidas cooperar con la vida, una vez que lo comprendas, empezarás a sintonizarte con el todo. Comprender que el conflicto no es el camino para ser feliz, es la mayor de las comprensiones, comprender que la cooperación es el camino para ser dichoso hace desvanecer la noche oscura del alma y aparecer la alborada en el horizonte…Te transformará. Eres un rayo de su luz, una ola de su océano, eres intrínseco y consustancial con ella, no estas separado.
Comprender que la cooperación es la clave y no el conflicto, es una fuerza transformadora. Sin duda la clave es la confianza. La violencia no es el camino, sino el amor, este es el marco básico.