Estando vacío, comprenderás; no hay otra forma de comprender. Lo que quieras comprender, se eso, porque esa es la única forma de alcanzarlo. Intenta ser un hombre ordinario, nadie, sin nombre, sin identidad, sin nada que exigir, sin ningún poder que forzar sobre los demás, sin ningún esfuerzo por dominar, sin ningún deseo de poseer, tan sólo siendo una no entidad. Inténtalo, ¡y mira lo poderoso que te vuelves! ¡Qué lleno de energía y qué rebosante! Tan poderoso que puedes compartir tu poder. Tan lleno de dicha que puedes dársela a muchos, a millones. Y cuanto más das, más te enriqueces. Cuanto más compartes, más creces. Te conviertes en una corriente.
Buda dice que todo existe en relación: todo es relativo, no algo absoluto, sustancial. Por ejemplo: tú eres pobre, yo soy rico. ¿Es algo sustancial o sólo una relación? Puede que yo sea pobre en relación a otra persona, y puede que tú seas rico en relación a alguna otra persona. Incluso un mendigo puede ser rico en relación a otro mendigo; hay mendigos ricos y mendigos pobres. Un rico es pobre en comparación con otro más rico. Tú eres pobre ¿es tu pobreza existencial o sólo una relación? Es un fenómeno relativo. De no existir nadie con el que relacionarte, ¿qué serás? ¿Rico o pobre?
Piensa: de pronto toda la humanidad desaparece y te quedas sólo en la Tierra, ¿qué serás: rico o pobre? Simplemente serás tú, ni rico ni pobre, porque ¿cómo comparar? No hay un Rockefeller con quien compararse. No hay mendigos con los que compararse. ¿Serás guapo o feo cuando estés solo?: Ninguno de los dos; simplemente serás tú. Sin nada con lo que compararte, ¿cómo vas a ser feo o guapo?
Y así con la belleza y la fealdad, la riqueza y la pobreza, y con todas las demás cosas.
¿Eres sabio o tonto? ¿Tonto o sabio?: ¡Ninguno de los dos! Así que Buda dice que todas estas cosas existen en relación. No son existenciales.
Son sólo conceptos.
¡Y estamos tan preocupados con cosas que no son! Estás demasiado preocupado de si eres feo. Estás demasiado preocupado de si eres guapo. Y te preocupas por algo que no existe.
Algo relativo no es. Es sólo una relación, como si hubieras dibujado algo en el cielo, una flor de aire. Incluso una burbuja en el agua es más sustancial que las relatividades. ¿Quién eres si estás solo? El ser alguien llega en relación con alguien.
Eso significa: ser nadie es estar en la naturaleza; ser nadie es estar en la existencia.
Y estás solo, recuerda. La sociedad sólo existe fuera de ti. En lo profundo de tu interior estás solo. Cierra los ojos y mira si eres bello o feo: ambos conceptos desaparecen; dentro no hay belleza ni fealdad. Cierra los ojos y contempla quién eres. ¿Respetado, no respetado? ¿Moral, inmoral? ¿Joven, viejo? ¿Negro, blanco? ¿Amo o esclavo? ¿Quién eres? Cierra los ojos y en tu soledad caen todos los conceptos. No puedes ser nada. Entonces surge el vacío; todos los conceptos han sido anulados. Sólo permanece tu existencia.
Ésta es una de las meditaciones más profundas que descubrió Buda: SER NADIE. Y esto no hay que forzarlo. No tienes que pensar que eres nadie, tienes que darte cuenta de ello; si no, tu «nadiedad» será demasiado pesada. No tienes que pensar que eres nadie, simplemente tienes que darte cuenta de que todas las cosas que piensas que eres son relativas.
Y la Verdad absoluta no es relativa. La Verdad no es relativa. No depende de nada, simplemente está ahí. Así que descubre la Verdad dentro de ti y no te preocupes por las relaciones. Las relaciones difieren, las interpretaciones difieren. Y si las interpretaciones cambian, tú cambias.
Cuando algo está de moda, si lo usas, eres moderno, apreciado. Si ha pasado de moda y lo usas, estás desfasado, no eres respetado. Hace cincuenta años algo estaba de moda y habrías sido moderno. Cincuenta años después puede ponerse de moda otra vez y entonces de nuevo serás moderno. Ahora mismo está pasado de moda. ¿Pero quién eres tú? ¿Modas cambiantes? ¿Conceptos cambiantes? ¿Relatividades?
Recuerda esto: lo que cambia es relativo y lo que permanece sin cambiar es absoluto; y tu ser es absoluto, no es parte de la relatividad.
Si comprendes bien este punto de vista, si reflexionas y meditas sobre él, de pronto se hace la luz en tu interior y ves que todo está vacío.
Piensa en un sublime vacío, porque a veces tú también te sientes vacío pero ello no es sublime. A veces tú también te sientes vacío, pero no es un vacío extático: es una depresión, un vacío negativo, no un vacío positivo. Debes recordar esta distinción.
Un vacío negativo significa que te sientes fracasado, sin comprender. Has intentado alcanzar algo en el mundo y no lo has alcanzado. Te sientes vacío porque no pudiste conseguir lo que deseabas: no pudiste con¬seguir la mujer que querías y te sientes vacío; el hombre tras el que andabas escapó y te sientes vacía; el éxito con el que soñabas no llegó y te sientes vacío. Este vacío es negativo: es tristeza, depresión, un estado de mente deprimido. Si te sientes vacío de esa forma, recuerda, las flores no lloverán sobre ti. Tu vacío no es real, no es positivo. Aún estás tras las cosas, y por eso te sientes vacío. Aún estás tras el ego: querías ser alguien y no pudiste, Es un fracaso, no una comprensión. Así que recuerda: si renuncias al mundo por un fracaso, no hay verdadera renuncia, no es verdadero. Si renuncias al mundo a través de la comprensión, eso es totalmente diferente. No renuncias como un esfuerzo triste y frustrante. No lo haces como un suicidio.
Seguramente conocerás la fábula de Esopo.
Pasaba una zorra y había uvas, pero la viña estaba en lo alto de un árbol. La zorra las intentó atrapar una y otra vez, pero estaban fuera de su alcance, así que se fue diciendo: «No merecen la pena, todavía no están dulces y maduras. Son amargas». No pudo alcanzarlas, pero para el ego es difícil aceptar que «soy un fracaso». En vez de reconocer: «He fracasado, estaban fuera de mi alcance», el ego dirá: «No valían la pena».
Los mal llamados santos, en su mayoría, son iguales a la zorra de Esopo. Han renunciado al mundo no porque comprendieran su futilidad, sino porque eran unos fracasados y el mundo estaba más allá de su alcance, y así están llenos de rencor y quejas, si vas con ellos, encuentras que dicen: «La riqueza es suciedad, y, ¿qué es una mujer hermosa? ¡Nada excepto huesos y sangre!». Pero, ¿a quién están tratando de convencer?: tratan de convencerse a sí mismo de que las uvas son agrias y amargas.
¿Por qué hablar de mujeres cuando has dejado el mundo? ¿Y por qué hablar sobre la riqueza cuando no estás interesado en ella? Ello demuestra que todavía existe un profundo interés; aún no puedes aceptar el fracaso, y la comprensión no ha surgido.
Siempre que estás en contra de algo, recuerda, no ha surgido la comprensión: porque en la comprensión los pros y los contras desaparecen. En la comprensión no eres hostil al mundo. En la comprensión no condenas al mundo y a la gente. Si sigues condenando, tu condena evidencia que hay una herida en alguna parte y que te sientes celoso; porque sin celos no puede haber condena. Condenas a la gente porque de alguna forma, en alguna parte, inconscientemente, sientes que están disfrutando y que tú te lo has perdido. Sigues diciendo que este mundo es sólo un sueño, pero si es realmente un sueño, ¿por qué insistir en que es un sueño? Nadie insiste sobre los sueños. Te despiertas por la mañana y sabes que tu sueño fue un sueño y se acabó. No vas diciendo a la gente que cualquier cosa que sean es un sueño.
Recuerda un truco de la mente: tratas de convencer de algo a la gente tan sólo para convencerte a ti mismo, porque cuando el otro se siente convencido, tú te sientes bien.
El vacío negativo es inútil. Es simplemente la ausencia de algo. El vacío positivo es la presencia de algo, no la ausencia, por eso el vacío positivo se convierte en poder. El vacío negativo se convierte en un estado mental triste, deprimido: simplemente te derrumbas hacia adentro, eso es todo. Sintiéndote fracasado, sintiéndote descorazonado, sintiendo por todas partes el muro que no puedes cruzar, sintiéndote impotente, tu reacción será censurar y condenar.
Pero eso no es crecimiento, eso es una regresión. Y en lo profundo no puedes florecer, porque sólo la comprensión florece, nunca la depresión, y si tú no puedes florecer, la Existencia no va a llover flores sobre ti. La Existencia simplemente te responde. Cualquier cosa que seas, la Existencia te da más de eso. Si dentro de tu ser florecen muchas flores, más flores lloverán sobre ti. Si tienes una profunda depresión, la Existencia también incidirá en tu depresión. Lo que eres llamará a la puerta. Lo que eres te será devuelto multiplicado.
Así que se cuidadoso y estate alerta. Y recuerda, un vacío sublime es un fenómeno positivo, No se es un fracasado: simplemente se mira y se comprende que los sueños no pueden cumplirse. Y entonces no hay tristeza en absoluto, sino la felicidad de haber llegado a esta comprensión de que los sueños no pueden cumplirse. Uno nunca se siente deprimido, desesperanzado, simplemente se siente feliz y dichoso porque ha llegado a una comprensión: ahora no intentaré lo imposible; ahora no intentaré lo inútil. Y uno nunca dice que el objeto del deseo sea malo; cuando estás en el sublime vacío positivo dices que el deseo es erróneo, no el objeto del deseo. Ésta es la diferencia.
En el vacío negativo ves el objeto del deseo como erróneo, así que tratarás de cambiarlo por otro objeto.
Si el objeto erróneo es la riqueza o el poder, lo dejarás y harás que el objeto sea Dios, la liberación, el cielo, etcétera.
Si el vacío es perfecto y sublime y positivo, no ves el objeto como erróneo, simplemente ves que ese deseo es fútil; los objetos están bien, pero el deseo es fútil. Entonces no cambias tu deseo de un objeto a otro objeto; simplemente abandonas el deseo mismo.
No deseando, floreces. Deseando, te vuelves más y más paralizado y muerto.
Vacío pero feliz, vacío pero lleno; vacío pero sin que falte nada, vacío pero rebosante; vacío pero en calma, en casa.
Tu vacío negativo es como la oscuridad; el vacío sublime es como la luz, es como un sol naciente. El vacío negativo es como la muerte. El vacío sublime es como la vida, la vida eterna; es dicha.
Permite que ese estado penetre más y más profundo en ti. Ve y siéntate bajo los árboles. Simplemente siéntate, sin hacer nada. ¡Todo se detiene! Cuando tú te detienes, todo se detiene. El tiempo no se moverá, como si de pronto el mundo hubiera llegado a una cima donde no hay movimiento. Pero no tengas la idea de que «ahora estoy vacío», si no lo perderás. E incluso si los dioses comienzan a llover flores sobre ti, no prestes mucha atención.