Estudio: después de que eBay mejoró su software de traducción, el comercio internacional aumentó considerablemente.
traducción sea más clara ayuda a los compradores potenciales a comprender exactamente lo que podrían estar comprando.
Dado el nivel de especificidad del estudio, Brynjolfsson lo llama «un experimento natural realmente afortunado, con un antes y un después que distinguió claramente lo que sucedió cuando tenía traducción automática y cuando no».
La estructura del estudio, añade, ha permitido a los investigadores decir con confianza que el nuevo programa eBay, y no factores externos, generó directamente el cambio en el volumen comercial entre los países afectados.
“En economía, a menudo es difícil hacer análisis causales y demostrar que A causó B, y no solo que A estaba asociado con B”, dice Brynjolfsson. “Pero en este caso, me siento muy cómodo usando un lenguaje causal y diciendo que la mejora en la traducción automática provocó el aumento del comercio internacional”.
Un rompecabezas más grande: el problema de la productividad
La génesis del artículo surge de una pregunta constante sobre las nuevas tecnologías y la productividad económica. Si bien se han desarrollado y ampliado muchas formas de inteligencia artificial en las últimas dos décadas, el impacto de la IA, incluidos elementos como los sistemas de traducción automática, no ha sido evidente en las estadísticas económicas.
“Definitivamente hay un progreso increíble en las tecnologías centrales, incluso en cosas como el procesamiento y la traducción del lenguaje natural”, dice Brynjolfsson. “Pero lo que ha faltado ha sido evidencia de un impacto económico o impacto comercial. Así que eso es un poco un rompecabezas”.
Al buscar si se podía medir un impacto económico para varias formas de IA, Brynjolfsson, Hui y Liu pensaron que la traducción automática «tenía sentido, porque es una implementación relativamente sencilla», agrega Brynjolfsson. Es decir, mejores traducciones podrían influir en la actividad económica, al menos en eBay, sin que se produzcan otros cambios en la tecnología.
En este sentido, los hallazgos encajan con una postulación más amplia que Brynjolfsson ha desarrollado en los últimos años: que la adopción de tecnologías de IA produce una «curva J» en la productividad. Como Brynjolfsson ha escrito anteriormente, las tecnologías de IA de amplio alcance, sin embargo, “requieren inversiones complementarias significativas, incluido el rediseño de procesos comerciales, la invención conjunta de nuevos productos y modelos comerciales, e inversiones en capital humano” para tener un gran impacto económico.
Como resultado, cuando se introducen tecnologías de IA, puede parecer que la productividad se ralentiza, y cuando se desarrollan las tecnologías complementarias, puede parecer que la productividad despega, en forma de «curva en J».
Entonces, aunque Brynjolfsson cree que los resultados de este estudio son claros, advierte contra generalizar demasiado sobre la base de este hallazgo sobre el impacto del aprendizaje automático y otras formas de IA en la actividad económica. Cada caso es diferente, y la IA no siempre producirá cambios tan notables por sí misma.
“Este fue un caso en el que no tuvieron que ocurrir muchos otros cambios para que la tecnología beneficiara a la empresa”, dice Brynjolfsson. “Pero en muchos otros casos, se necesitan cambios mucho más complicados y complementarios. Es por eso que, en la mayoría de los casos, con el aprendizaje automático, los beneficios tardan más en entregarse”.
