Todos hemos tenido un “sentimiento visceral” o alguien nos ha dicho que “sigamos nuestro instinto”. Es ese sentimiento de que podemos saber algo simplemente sabiendo, nuestra intuición diciéndonos algo. Resulta que este sentimiento es más que un simple sentimiento. El cuerpo humano es una serie intrincada de sistemas, cada uno individualmente desempeña un papel vital en nuestra salud y bienestar general y, al mismo tiempo, todos están conectados para hacer que todo nuestro cuerpo funcione.
Uno de estos sistemas es el intestino, también conocido como tracto gastrointestinal, que se encarga de digerir los alimentos y absorber los nutrientes. Cuando combinamos sus superpoderes con el cerebro, ¡aparece un nuevo conjunto de superpoderes! Juntos, juegan un papel vital en la regulación de nuestro cuerpo y, por suerte para nosotros, esta relación se está estudiando más hoy en día, ayudándonos a comprenderla mejor.
¿Qué son realmente las mariposas en tu estómago?
La conexión intestino-cerebro es una relación fascinante y compleja que los científicos han estado estudiando durante décadas. La investigación ha demostrado que las emociones pueden tener un impacto significativo en nuestro sistema digestivo, y nuestro intestino puede reaccionar de varias maneras a nuestros sentimientos. Por ejemplo, cuando experimentamos ansiedad o estrés, nuestro cuerpo libera hormonas como la adrenalina y el cortisol, lo que provoca síntomas físicos como náuseas, dolor de estómago y problemas digestivos. De igual forma, las sensaciones de excitación o nerviosismo pueden provocar “mariposas” en el estómago con la liberación de adrenalina.
Debido a esta conexión entre nuestras emociones y el sistema digestivo, algunas personas se refieren al intestino como el “segundo cerebro”. Saber esto nos ayuda a comprender cómo nuestras emociones pueden afectar nuestro sistema digestivo y viceversa, lo que, a su vez, nos permite mantener nuestra salud y bienestar en general.
7 datos sobre la salud intestinal
La investigación ha demostrado que un intestino no saludable puede provocar un desequilibrio en nuestros cuerpos, lo que puede causar inflamación y contribuir a varios problemas de salud, incluidos los relacionados con el cerebro. Los estudios han relacionado un desequilibrio intestinal con la ansiedad, la depresión e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Por lo tanto, mantener un intestino sano es vital para nuestra salud en general. Aquí hay algunas formas específicas en que nuestro intestino y cerebro impactan nuestros cuerpos.
1. El intestino y el cerebro se comunican a través del eje intestino-cerebro
El eje intestino-cerebro es un complejo sistema de comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso central (SNC) con el sistema nervioso entérico (SNE) en el intestino. Más específicamente, lo que la gente llama el “segundo cerebro” es el ENS, ya que contiene tantas neuronas como la médula espinal y es responsable de regular la función intestinal. El SNC y el ENS se comunican a través de varias vías, incluido el nervio vago, las hormonas y las células inmunitarias, lo que les permite coordinar actividades y mantener la homeostasis.
2. Algunos nutricionistas se especializan en salud intestinal
Un nutricionista intestinal se especializa en mantener y mejorar la salud intestinal. Usan su experiencia para ayudar a los clientes a mejorar su salud digestiva a través de cambios en la dieta, suplementos y modificaciones en el estilo de vida. Dichos nutricionistas a menudo trabajan con personas con afecciones como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), el síndrome del intestino irritable (SII), intolerancias o sensibilidades alimentarias y otros problemas relacionados con el intestino. Los nutricionistas intestinales crean planes de nutrición personalizados para abordar problemas específicos de salud intestinal y brindan apoyo continuo para ayudar a los clientes.
3. La microbiota intestinal puede influir en tu estado de ánimo
El intestino alberga billones de microorganismos, conocidos colectivamente como la microbiota intestinal, que desempeñan un papel vital en la digestión y el funcionamiento del sistema inmunitario. La investigación ha demostrado que la microbiota intestinal puede afectar su estado de ánimo y comportamiento a través del eje intestino-cerebro. La microbiota produce neurotransmisores como la serotonina, que interviene en la regulación del estado de ánimo, y el GABA, que ayuda a calmar el sistema nervioso . Los estudios también han demostrado que los cambios en la microbiota intestinal pueden alterar la función y el comportamiento del cerebro en modelos animales, lo que sugiere que la microbiota puede desempeñar un papel en condiciones como la ansiedad y la depresión.
4. La función cognitiva depende de tu intestino
Además de afectar el estado de ánimo y el comportamiento, la microbiota intestinal también puede afectar la función cognitiva. Los estudios han demostrado que la microbiota intestinal puede influir en la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones en modelos animales. En humanos, las alteraciones en la microbiota intestinal se han asociado con deterioro cognitivo, como en la enfermedad de Alzheimer.
5. La microbiota intestinal puede afectar la función inmunológica
La microbiota intestinal juega un papel crucial en la regulación de la función inmunológica, ya que es responsable de entrenar al sistema inmunológico para distinguir entre bacterias inofensivas y dañinas. La disbiosis, o un desequilibrio en la microbiota intestinal, se ha asociado con una variedad de trastornos inmunomediados, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y las enfermedades autoinmunes.
6. La disbiosis intestinal puede conducir a una inflamación crónica
La inflamación es un sello distintivo de muchas enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. La disbiosis puede alterar el delicado equilibrio de la microbiota intestinal, lo que lleva al crecimiento excesivo de bacterias dañinas y al agotamiento de las bacterias beneficiosas. Este desequilibrio puede desencadenar una inflamación en el intestino, que luego puede extenderse a otras partes del cuerpo y contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas.
7. Tu intestino afecta el peso y el metabolismo
Los estudios han demostrado que la microbiota intestinal puede influir en el peso y el metabolismo, posiblemente a través de sus efectos sobre la función inmunitaria y la inflamación. Se ha descubierto que las personas obesas tienen una composición de microbiota intestinal diferente a la de las personas delgadas, y trasplantar la microbiota de ratones obesos a ratones delgados puede provocar un aumento de peso.
Confia en tu instinto
Es increíble cómo algo tan simple como “tener un sentimiento” se puede vincular con algo tan complejo como los sistemas que componen todo tu cuerpo y cómo están todos conectados, trabajando en equipo. Todos los días aprendemos algo nuevo sobre nosotros mismos, lo que nos da la capacidad de cuidar mejor nuestra salud. Ahora que sabes lo que podría significar ese dolor de estómago, ¡solo confía en tu instinto!