Adolf Hitler sufria de hondas depresiones y fue a ver a su psicoanalista, el profesional le aconsejó que continuamente repita: «Soy importante, soy indispensable, soy significativo». Hitler contestó que el consejo era malo, porque le decía: soy tan mentiroso, que sea lo que digo no me lo creo. Claro, si uno repite algo a partir …