El lenguaje como inspiración divina.

Perteneciente a nuestra naturaleza más elevada
Tenemos que captar lo que significa esa otra forma de contemplar al lenguaje, esa
idea de que el habla humana es un tenue reflejo de un lenguaje divino que tiene el
poder de convocar las fuerzas esenciales, las primordiales, inherentes al universo y que
son, básicamente, las fuerzas espirituales de las cuales evoluciona el universo. Es un
importante revés a nuestra típica forma de considerarlo. Contiene una verdad poética
más grande (sobre todo en términos imaginativos) que la teoría evolutiva científica, aun
cuando literalmente no sea objetiva. Desde un punto de vista poético el lenguaje en
realidad nos viene de los dioses. En verdad pertenece a nuestra naturaleza más elevada,
no a la más baja. Es necesario que revivamos ese sentimiento de que el lenguaje es algo
sagrado y que las palabras son poderes espirituales cuya verdadera significación apenas
vislumbramos vagamente. Debemos tener una actitud de sorpresa y maravilla cuando
juntamos palabras en nuestra boca para no usarlas de manera tan casual y a la ligera.
Mucho del uso que le damos al lenguaje es bastante trivial. Empleamos el habla para
reafirmarnos y sentirnos bien con relación a otras personas y con el mundo, solidificando
nuestro ego, sintiéndonos cómodos y seguros. Usamos las palabras como instrumentos
de poder mundano para obtener lo que deseamos y triunfar sobre los demás. No
utilizamos el lenguaje con su propósito divino, para invocar las fuerzas supremas que
hay en nosotros. No lo usamos en su forma poético-invocadora. Sólo lo empleamos para
manipular al mundo en nuestro beneficio.
Deberíamos contemplar que el lenguaje es de una inspiración divina, que proviene de
otra dimensión y tendríamos que sentir que lo que ponemos en nuestra boca es algo
precioso y sagrado, como lo percibían los pueblos de muchas otras culturas que se han
perdido con el tiempo.


El poder que tiene el pronunciar la verdad
Otro ejemplo de lo sagrada que es la palabra lo encontramos en la idea de que decir la
verdad tiene un poder mágico y de que es una fuerza activa. Al decir la verdad se puede
hacer que sucedan las cosas. A veces los textos budistas ilustran el poder de la aseveración.
Posiblemente haya quienes se encuentren atrapados en una situación difícil pero alguien
pronuncia la verdad y el poder que hay en ello los salva a todos. Existe una historia que
nos da una muestra de esto. Varios viajeros van en un barco que encalla en un arrecife
y una fuerte tormenta se aproxima. La noche se acerca y todos están aterrados porque
su destrucción es inminente. Entonces alguien recuerda el poder que tiene el afirmar la
verdad. Si uno de ellos dice la verdad todos se salvarán del peligro, así que cada quien
tiene su turno y un mercader menciona, “siempre he sido honesto con mis clientes y doy
lo justo a cambio. ¡Que por el poder de esta verdad logremos salir de este arrecife!”, pero
nada ocurre. Un sacerdote dice, “siempre he realizado sacrificios puros y he ofrecido

Loading

Danos tu valoración..

mauricio Valdés

Bloguero de aficionado y redactor de mi revista, utilizo codigos sagrados, me apasiona el Internet y la informática, lector de psicología, espiritualidad, criptomonedas, salud, llevo una vida simple con grandes sueños...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *