Los abonos orgánicos son la forma más respetuosa con el entorno, ecológica y segura de
alimentar tus plantas. No atacan el medio ambiente y las plantas los toleran muy bien.
Utilizando abonos orgánicos es más dificil matar la planta por exceso de fertilizante que cuando
se usan abonos químicos. Algunos abonos, como el estiercol o el compost, acondicionan la
tierra a la vez que la fertilizan.
En realidad, cualquier materia orgánica que añadamos a la tierra se descompone y aporta
elementos nutritivos al suelo. Pero existen algunas más apropiadas que otras:
Compost: es materia organica descompuesta. Enriquece y acondiciona el suelo. Se puede
hacer compost con casi cualquier cosa. Lo habitual es hacer un monton con desechos
vegetales y dejarlo durante unos meses para que se descomponga. Hay que regarlo de vez en
cuando para facilitar la descomposición. Si añadimos nitrógeno (por ejemplo en forma de orina)
la descomposición se acelerará.
Estiercol: es un estupendo fertilizante que ayuda a acondicionar el suelo y aporta todo lo
que la planta necesita. Poned una parte por cada diez de mezcla.
Humus de lombriz: es uno de los mejores abonos para el cannabis. Aunque pueden usarse
grandes cantidades sin peligro para la planta no conviene poner más de un 30 por ciento de la
mezcla.
Guano: son deyecciones (cacas) de aves marinas. Aunque su composición es muy variable,
suele contener bastante fósforo. Es de acción rápida y muy apropiado para abonar foliarmente,
es decir, pulverizar las hojas de la planta. Se comercializa en forma sólida para mezclar con la
tierra, o bien líquido para mezclar con el agua de riego o pulverizar.
Harina de sangre: es sangre de matadero seca y pulverizada. Tiene un alto contenido en
nitrogeno y actúa rápidamente.(usar 1 parte por cada 100).
Polvo de huesos: Es un abono recomendable para una correcta floración debido a su alto
contenido en fósforo. Libera el fósforo lentamente por lo que debe usarse bastante cantidad. Se
mezcla con la tierra al prepararla.
Pelos y plumas: Constituyen un abono de acción lenta rico en nitrógeno.
Fosfato natural blando: beneficioso para las hojas y con un alto contenido en fósforo y
potasio. De acción lenta.
Orina: es una de las mejores formas de aportar nitrógeno a la planta. Hay que mezclar una
taza de orina con cuatro litros de agua y regar con esta mezcla.
Para que los nutrientes aportados por los abonos puedan ser absorbidos por el cánnabis, el
Ph (valor que mide la acidez o alcalinidad) de la tierra debe ser neutro o un poco ácido. El Ph
puede medirse con papel de tornasol o con kits especiales que se pueden encontrar en tiendas
de peces o de jardineria. El valor Ph de la tierra debería estar entre 6 y 6’5.
Es frecuente encontrarse con una tierra demasiado ácida para el cannabis, sobre todo, en
zonas donde llueve mucho. Se puede subir el Ph añadiendo a la tierra cal viva, margas, cal de
algas o incluso ceniza de madera (que, de paso, es rica en potasio).