Son tres palabras que podrían transformar a toda la humanidad, podrían facilitar el nacimiento de un hombre nuevo. El pasado de la humanidad ha sido un esfuerzo constante para que no seas tú mismo. De ahí que los sacerdotes, políticos y pedagogos, te han dicho que seas otra persona. Sé un Cristo dicen los cristianos, sé un Buda, dicen los budistas, pero después de varios siglos de existencia de la humanidad, no ha aparecido ningún otro Cristo, ni ningún otro Buda y no va a suceder nunca. No está en la naturaleza de las cosas.
La historia se repite porque ella está constituida por la humanidad inconciente. La existencia nunca repite porque ella no es nada más que divinidad, creatividad. La creatividad es no repetitiva, la conciencia es no repetitiva. La inconciencia está condenada a ser repetitiva, se mueve en un círculo, se vuelve más y más eficiente para hacer lo mismo una y otra vez, y cuánto más eficiente se vuelve, más difícil es ir más allá de lo conocido.
Durante siglos el hombre ha sido condicionado para que sea otra persona. Hay intereses creados en contra de que tú seas tú mismo, porque tienen miedo de cualquier cosa que sea nueva, porque todo lo nuevo les parece peligroso, están cómodos con lo viejo.
Todas las religiones se esfuerzan por convencer a sus feligreses que son las más antiguas, simplemente porque lo viejo es más valioso. Lo nuevo ha sido condenado porque no puede ser absorbido por el establishment.
Jesús es peligroso para los judíos porque ellos vivían un cierto modelo de vida siguiendo a Moisés, repitiendo a Moisés, tratando de ser copias de los profetas del Antiguo Testamento y aquí llega Jesús que comienza a decir cosas que van en contra de la tradición judía, así, el Antiguo Testamento decía que ojo por ojo es la ley más fundamental y Jesús llega y dice: “Si alguien te golpea en una mejilla, dale la otra mejilla también, porque Dios es Amor”…y así, lo judíos que estaban dominados por los romanos, quisieron que fuera crucificado, porque estaba haciendo temblar sus cimientos, sus mismos cimientos.
La humanidad inconciente siempre venera a la estructura establecida porque está familiarizada con ella, y hombres como Jesús, Buda o Krishna son forasteros, no pertenecen a lo ordinario, no pertenecen al mundo inconciente, hablan un lenguaje diferente, traen mensajes nuevos, y las masas tienen miedo de ir hacia lo desconocido, se aferran a lo viejo a lo pasado, veneran lo muerto y destruyen lo viviente. Y así, todos a tu alrededor te viven persuadiendo a que seas otra persona, te dicen que seas como Jesús, como Buda como Krishna y tú nunca podrás ser otra persona, eso es una castración psicológica, porque eso es imposible, puedes ser solamente tú mismo, pero jamás escuchas ni de tus padres, ni de sacerdotes, ni de tus amistades: ¡Sé tú mismo!
Jesús dice: “Ama a tus enemigos como te amas a ti mismo…”, Buda dice: “Sé una luz para ti mismo…no imites a nadie”. Podrías pensar que amar a tus enemigos es una cosa muy difícil, y no, no lo es, pero la dificultad real es que ni siquiera puedes amarte a ti mismo, menos vas a poder amar a los demás.
Acéptate a ti mismo tal como eres, de manera incondicional y ese será el comienzo de tu verdadera revolución, el comienzo de tu real transformación.